Es un restaurante con cocinera peruana (chiclayana) pero no tiene la experiencia para hacer de los platos inolvidables, de la chicha morada olvídense no es auténtica.

Pedí varios platos peruanos, un desastre completo muchos de estos no son típicos peruanos y la calidad es la de un corrientazo del centro de Cali, ningún cocinero es peruano.

Desastre, la experiencia es de un restaurante fusión peruano / colombiano pero mal, el cocinero no es peruano, y si bien a un colombiano le puede parecer sabroso no llega al nivel más que de un corrientazo en Perú, no regresaría.

La calidad es regular, pedí un tiradito ( le pusieron leche, un horror para un puritano como yo, si le hubieran puesto otro nombre y este estuviera especificado en la descripción en fin, hay creaciones y creaciones de autor pero no fue el caso), pedí una chicha morada no estaba el precio de la jarra y me la cobraron s 34000 un escándalo pues era hecha de un sobre que no pasaba el costo más allá de 1000 y lo vendían como si fuera auténtica)