Iba un poco a la expectativa con este restaurante ya que no tenía mayores referencias, sin embargo fue un descubrimiento grato. La música de fondo es apropiada y a un volumen suficiente, El ambiente y la decoración tiene sus contrastes que indican que le falta algo "para llegar a ser" sin embargo es un sitio cómodo. Quienes atienden son bastante amables y dedicados aunque aveces un poco distraídos. La comida es bastante buena sin llegar a ser espectacular, en mi caso la entrada fue un tiradito de corvina, es su punto, suave y fresco, sin embargo las salsas le quitan un poco de protagonismo al sabor del pescado, pero igual fue delicioso. Como plato fuerte estuvo la Jalea Chalaca, de la cual esperaba un poco mas, sin demeritar que es un plato sabroso pero bastante común, sin un diferenciador especial (camarones apanados y pescado apanado con un acompañamiento de maíz, tomate y cebolla sobre un jugo cítrico) que está bien presentado pero que perfectamente se puede hacer en casa sin mayor esfuerzo; esperaba algo mas "perú". Algo a mejorar es la ausencia total de oferta de vinos por ejemplo, los jugos naturales pequeños y caros. En cuanto a precios, me parece que estan en un umbral demasiado alto para la calidad/cantidad de la oferta, quizás por la zona o por la aparente "diferencia" de su comida, pero es algo que no se compensa en comparación con lugares de similar infraestructura y precios populares. Lo recomiendaría? Sí pero con reserva.