Ya comí feijoada en O Bolinha en Sampa que es reputada la mejor en esa ciudad y aparte de carísima (casi 200 reales) supersalada.La de Alô tiene el mismo sabor (la sazón en Alô e Bolinha maravillosas), sin el exceso de sal y con un precio infinitamente mejor (aunque caro en términos colombianos aunque Bogotá está casi tan cara como Sampa). De mis favoritos, el Bahiao de dois y la Moqueca vegetariana. Ahhhh el pao de queijo es tan bueno como los de la Casa do Pao de queijo y aquellos de los mejores botecos paulistanos. La atención es maravillosa y los que amamos Brasil lo tenemos como la verdadera embajada cultural de Brasil en Bogotá (talvez más que el Ibraco donde tienen recepcionistas que mejor, no digo nada).

No entiendo la fascinación bogotana por este restaurante cuyo mejor mérito ( que no dejo de lado) es crear un ambiente, una decoracíon de kitsch colombiano y ser un excelente lugar para ir a bailar y frecuentar socialités. Pero seamos honestos: carne se come en mejores lugares ( la de kobe de Criterion , los cortes argentinos de la Estancia Chica o incluso los costeños de la Bonga). El asado me pareció de lo más normalito y he comido mucho mejores por el tercio del precio. Asi que como sitio de diversión bien, muy mediocre e hipercostoso como restaurante. Hay que ir para conocerlo pero ya. Ahhhh y si van a llevar extranjeros que conozcan Las margaritas, en Chapinero, el restaurante mas antiguo que tiene nuestra ciudad y que tiene los platos típicos de nuestra Bogotá: las empanadas, el puchero y el ajiaco. ¡Que terrible hacerles perder el tiempo en la frivolidad de este restaurante!