El ambiente refleja claramente lo que es una tratoria, un estilo informal de restaurante, Sergio (el dueño) se acerca a casa mesa y pregunta si todo está bien o hace falta algo. Los gnocchis requieren de llamar con un día de anticipación. La canasta de panes es exquisita, los precios son justos, la comida abundante, el modo de preparación es el adecuado puesto que de utilizan las salsas e ingredientes adecuados, a pesar de que el sector no es el mejor no deja de ser un excelente lugar para pasar un rato agradable y degustar lo que realmente es la comida italina.

Las porciones son muy generosas y la calidad de la comida es excepcional, el ambiente es familiar y apto para que los niños conozcan animales como cabras o vacas, la cerveza de la casa tiene mucho cuerpo y es de gran sabor. Se nota que los productos usados en los platos son de fabricación cacera, lo que garantiza un sabor único. Finalmente la atención es buena debido a que son los mismos dueños los que están a cargo; aunque recomiendo llegar con tiempo porque los platos pueden tardar de 30 a 35 minutos en salir.