Después de casi 6 meses sin poder opinar sobre la experiencia en algún restaurante, puedo decir que fue gratificante y la verdad me gustó bastante estar en Nazca, el servicio a pesar del momento en el que estamos y la comida, estuvieron por encima de las expectativas. Cochinillo confitado y lomo saltado, increíbles, además de pisco sour que fue el complemento perfecto. Muy recomendado.