El restaurante está maravillosamente ubicado en el cerro de monserrate y por su puesto su comida no podía decepcionar. El ceviche de camarón simplemente estaba bien, sin nada especial, pero el Gigot de cordero (el cual es cocinado durante 18 horas en vino) estaba simplemente espectacular. Para terminar la noche un postre y nada mejor que un creme brulee. Tremendo restaurante