Una joyita escondida en Chapinero. Excelente decoración, ambiente, música y servicio. Y por supuesto la comida no se quedó atrás, bien presentada y de buen sabor. De entrada pedimos Agaricus Flameantes (Hongos a la plancha, rellenos de albaricoques), de fuerte pedimos Raviolis Panacea y Sincretismo, sencillamente deliciosos los tres. Acompañado de unos Gin & Tonic perfectos Seguro regresaré. Lo recomiendo.