Sin duda esta “bodega” adecuada para ser restaurante es encantadora. Se destaca su sencillez y calidez en la decoración pero en espacial la cocina y el horno de arcilla, clave para la mayoría de los platos. Carta poco extensa pero muy bien escogida y seleccionada para los diferentes gustos. El comensal es lo más importante, lo cual se nota en el excelente servicio. Las pizzas son de las mejores de Bogotá, las pastas y las carnes no se quedan atrás.
5 Me gusta