Bien ambientado, la música agradable pero el servicio deja mucho que desear. Estuvimos un grupo de 12 personas, cuando llegamos al restaurante estaba solo y progresivamente fueron llegando comensales; con sorpresa vimos que en las otras mesas pusieron pan y a nosotros no, por lo cual tocó pedirlo, pedimos 8 entradas, se demoraron media hora para traerlas y luego tocó esperar una hora para que nos sirvieran los platos, fueron llegando poco a poco en lapsos de 10 minutos o mas, algunos de ellos llegaron fríos. En mi caso pedí la pasta del día, muy buen sabor bien presentado pero fui al último que le sirvieron y eso que era el plato del día. No vale la pena volver.