Hemos estado en este restaurante varias veces con mi familia, pero hace un tiempo no íbamos. La mayoría de los meseros son muy amables. Había una confusión con los grupones, pero ellos solucionaron bien el inconveniente. Como estábamos celebrando el cumpleaños de mi esposo, tuvieron un bonito detalle llevando un lindo ponque (ficticio) para cantarle el happy birthday. Con relación a la comida, lamentablemente la han desmejorado, le falta sabor, y la decoración de los platos poco llamativa. Había una pareja de cantantes que hizo el ambiente agradable, cantan muy bien.