Fui por primera vez con un amigo, por probar y había escuchado algo del restaurante, mi amigo es alérgico a los frutos de mar y fueron absolutamente considerados incluso advirtiéndonos de posible contaminación cruzada. Comí el pulpo crujiente y me pareció una maravilla, jugo de frutos amarillos y postre de galleta con helado. Me gusto tanto que fui al día siguiente de nuevo a almorzar y pedí los mariscos mizuna, deliciosos también aunque mi recomendado quedara siendo el pulpo. Gran sitio, el ambiente al contrario me gusta, es bien tópico asiático y en la noche tiene una iluminación particular. El servicio es excelente, todos los meseros están súper pendientes de uno.