Mientras esperaba a una cita, aproveche para desayunar. El ambiente es acogedor, tienen un espacio con sofá y cojines como que te invita a quedarte y poder trabajar desde allí. Destacó el muy buen servicio por parte de los meseros y los cocineros quienes son al final los que te llevan tu pedido a la mesa. Tienen una carta completa y muy variada. Fue un poco difícil decidirme entre tantas provocaciones. Finalmente pedí una cacerola de la finca que son unos huevos fritos con tomate, jamón de pavo, queso gratinado y le adicióne tocineta. Más una cocoa en leche de almendras. La cacerola viene acompañada de unas tajadas de pan el cual puedes escoger. Volvería para probar otras preparaciones.