Fuimos un día tranquilo para este restaurante. Los meseros súper atentos, propositivos y diligentes. El menú incorpora rasgos de México y de la costa colombiana con bastante gracia. Optamos por arroces: encocado pacífico y atún atlántico. Ambos platos deliciosos y preparados a la perfección: término del arroz, cocción del atún, los mariscos, todo en su punto. No pedimos postre, porque ninguno nos llamó la atención.