Muy buen sitio para desconectarse un poco de Bogotá, pero en especial para ir en familia. El estilo descomplicado de los espacios, pero a la vez con su toque de diseño interior estilo vintage hacen que el ambiente sea muy agradable, cuenta con dos restaurtantes, uno más enfocado a las carnes y otro a las pastas y postres. Cuentan con muy buenos productos, recomiendo los cortes de res, las entradas (chicharrones, arepa de chócolo, entre otros), la cerveza artesanal o los happy hour, y terminar con una rica torta o postre acompañado de un capuchino o un té, en el restaurante italiano. Puntos a mejorar: está muy mal visto que cobren la entrada al parque para los niños, cobran cerca de 50 mil pesos para que un niño pueda entrar a la granja y a las limitadas atracciones que tienen de diversión, esto deberían reevaluarlo en especial para quienes son clientes de los restaurantes y van a pasar una tarde en familia.

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