En definitiva un restaurante para recordar los sabores de tu tierra costeña! La comida guarda los sabores y aromas propios de esa cocina. Recomendado el chivo Matilde y la posta cartagenera. El jugo de corozo es excelente, aunque deberían servir más. El servicio y el ambiente buenísimo, pero ojo, tiene que gustarte el vallenato, no ponen otra música.