Es de esos restaurantes que difícil decir que fue lo que más me gustó, porque en realidad fue todo. Desde la llegada fue una excelente experiencia. El diseño del restaurante es va muy acorde con la propuesta del menú del chef Koldo Miranda. El pan de cortesía es delicioso. Los platos son bien elaborados y emplatados perfectamente. Recomiendo las chuletillas de cordero y las patatas bravas son del otro mundo.