Pedimos roscón de chocolate belga que en realidad es un emparedado de brownies poco chocolatosos relleno de helado de vainilla y cubierto de un rico postre de mora; el otro que si era un roscón en mi concepto el sabor "crudo" del pan no dejaba apreciar el del relleno. Pedimos un jugo en agua y lo trajeron el leche. El ambiente requiere una urgente remodelación. Las cocinas se alcanzan a ver y no se ven nada bien.