Este lugar me deja una sensación totalmente ambigua... Un lugar físicamente encantador, con una vista maravillosa y un concepto muy bueno: playa en el medio de las sierras. La decoración interna es como de un Margaritaville ´´aggiornado´´, los espacios exteriores son maravillosos, tiene un look de pequeños toldos con mesas afuera que en días lindos debe ser muy agradable, lastima que allí no hay servicio y debes salirte para buscar alimento o bebidas. Como estaba lloviendo y había que esperar mesa en el restaurante 1 hora y 30 imaginen que es muy descuidado. De todas formas la vista y lo agradable del lugar compensaban. El drama comienza cuando entras... el servicio es PÉSIMO!!! los meseros no tienen idea de que están haciendo ni de lo que venden ni de la comida o bebida. 3 personas para servir un whisky y no sabían como, el barman vino a preguntar como se preparaba la bebida que yo había pedido: UN GIN TONIC!!! Básico!!! La comida muy mediocre, yo pedí un angus (decia ahi que era angus) que era incomible, carne dura y recocida. Como suelo ser exigente una de mis amigas dijo que se la comería ella: no pudo cortarla!!! Otro punto de servicio: trajeron la comida y no trajeron platos ni cubiertos. Resumen: un desperdicio de infraestructura espectacular con una comida mediocre, precios altos y servicio malísimo!!! Una lástima porque el lugar tiene máximo potencial.