Aún no me explico cómo es que este restaurante se llena tanto, las filas de carros que se ven todos los fines de semana, hacen pensar que el sitio ofrece un ambiente y comida espectaculares, cuando no es así. De entrada pedí arepa con chicharrón y guacamole y déjenme decirles que el chicharrón estaba duro y sin sazón. Por otra parte, los medallones a la pimienta, de plato fuerte me decepcionaron por completo, no me preguntaron qué término quería la carne y la salsa de pimienta parecía que tuviera sólo sal. El servicio supremamente demorado, pedí 4 veces unos cubiertos que nunca llegaron y por ende me tocó buscarlos a mí mismo, además y para terminar de empeorar la experiencia, dejé accidentalmente mis gafas encima de la mesa y me fui. Cuando volví 25 minutos después me dice la mesera: si no están encima de la mesa es que se las llevaron... O sea ni siquiera me dice, tal vez estén en objetos perdidos o permítame reviso con mis compañeros... Fatal.