El ambiente es rico pero no espectacular, no había música de fondo y tan solo unos televisores con videos musicales pero sin sonido. La comida es rica y la atención muy esmerada. De entrada pedimos provoletta y el queso estuvo en su punto. Sopa de cebolla muy rica pero la de tomate demasiado dulce para mi gusto. Pedimos unas corralitas que son 4 hambueguesitas con aderesos y salsa y están bien, ricas.