La hamburguesa me pareció que era congelada, en vez de fresca; tenia ese saborcito...Los aros de cebolla estuvieron deliciosos, delicados y crujientes, pero demasiado pequeña la porción. Nos trajeron la bebida sin hielo, y no tenían malteadas de vainilla, solo chocolate. Aunque hay patio, no traigas a tu perro, por tan pequeño que sea no lo dejan entrar. No quiero sonar tan negativa, pero todavía busco la hamburguesa perfecta en Bogotá.