Es un lugar realmente encantador para salir del ritmo de Bogota y desconectarse un rato. Con animales, huerta, parques y multiples actividades para ninos ( pintura, carpinteria, etc), es un restaurante completamente familiar. Me parecio un poco costoso para la calidad de la comida, esta es buena sin ser extraordinaria; de los seis platos q pedimos, solo tres comensales quedaron satisfechos con estos.