Comida
Servicio
Ambiente

Que pesadilla! Decidimos ir a desayunar a este restaurante un sábado (no abren los domingos). Cuando llegamos se prendió la primera alarma... Sólo habían unas 3 mesas ocupadas de 20. Eso llamaba la atención. Un restaurante vacío es señal de preocupación, uno lleno es necesario probarlo... El ambiente frío, con todo y una remodelación reciente, era reforzado con una música lúgubre y un servicio impersonal. "Este sitio será de comida costeña, pero el ambiente se quedó en el carnaval". Pedimos la carta de desayunos y nos estregaron un menú desgastado y viejo. En ese momento teníamos dos alternativas: salir corriendo a uno de los buenos sitios de la zona o insistir en el restaurante. A mi pesar decidimos lo segundo y pedimos una arepa de huevo, unas carimañolas, una arepa con queso y unos huevos benedictinos. Nos trajeron tres variedades de pan bastante trasnochado que sencillamente no probamos. Luego llegaron las carimañolas y la arepa de huevo. Estas acompañadas de muy poco suero costeño y un hogao minúsculo... y el sabor de los platos... poco costeño. Pedimos ají esperando algo hecho en el restaurante, pero llegó el típico de supermercado. Luego llego la arepa de queso, cuyo queso solo está en el nombre del plato. Y para cerrar la amarga experiencia nos llegaron los huevos benedictinos con la peor salsa holandesa que hemos probado y con una triste presentación. De tomar pedimos jugos de papaya que parecían más unos "raspados". Pensamos que todo esto era una pesadilla y que pronto despertaríamos para ir a desayunar, pero en vez de eso, llegó la cuenta... Fue tan mala la experiencia que no se si arriesgarme a ir al almuerzo. Ya veremos...

Comida
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  • Arepa de huevo
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