No soy rumbera y no me pone feliz la salsa, entonces pasé como fuera de lugar, me aburrí un poco, pero me pareció rica la carne que me sirvieron y pude observar como las personas van cambiando en la medida que bailan y toman se transforman de una manera impresionante. Le recomiendo el lugar a los salseros, si no les gusta la salsa mejor no ir porque se vuelve aguafiestas.