Un sitio para repetir. La atención esmerada aunque siguen estando las mesas muy pegadas. El segundo piso ya está a punto… Una lulada refrescante y muy rica. De entrada un desgranado del Pacífico bien agradable y de principal una posta palenquera que estaba para chuparse los dedos. El postre de tres leches de Palmira con una almojábana soberbia y para cerrar un café expreso. De lo mejor en Bogotá.