La expectativa era alta, por ser un sitio del que había escuchado, por la comida tradicional Bogotana, sin embargo no es lo que esperaba, empezando por la comida, he probado el típico Chocolate Santafeño en una cafetería muy tradicional de la ciudad y comparando el de la Puerta Falsa, te llevas una desilusión, la relación costo/beneficio es alto, la almojábana es simple y pequeña, el pan es pequeño y apenas “untado” de mantequilla, en cual al servicio no es el mejor, no dan la bienvenida al sitio, te “tiran” el plato; finalmente el ambiente no es agradable, parece una cafetería normal y no uno de 1816 (según lo que ellos explican), es pequeño y para la ubicación privilegiada que tiene (en pleno centro de Bogota, en el barrio La Candelaria), se nota que a sus administradores no les gusta invertir. 👎🏼😰