Que bonita experiencia. La carta es variada pero en cada plato hay carácter distintivo, el pulpo a la parrilla quizá la mejor entrada pero las patatas bravas y las frituras de camarón también resaltan. De plato fuerte recomiendo el rack de cordero, buenísimo bien acompañado, presentado y con un sabor que deja huella. El de cuatro porciones está bien para un almuerzo y el dos para una cena. De los bowl recomiendo el de langostino y de postre la torta de queso es de las mejores, no te arrepentirás. El servicio es diligente, preciso en la explicación y amable. El ambiente acogedor si pueden tomar mesa en el segundo piso es más caliente que en el primero y en una noche fría Bogotana es de tener en cuenta. Un muy buen restaurante. Recomendado.