Buenos platos. Varios no están en la carta y hay que saber para pedirlos, lo cual ya es un mal comienzo. El encocado rico, nada del otro mundo. El arroz con tinta de calamar, también cumple. Niguno de estos platos estaba en la carta. El servicio tiene cosas que no se deben aceptar y no entiendo porque como comensales nos estamos acostumbrando. Por ejemplo, ahora se dice que el concepto es "para compartir" y le quitan el derecho a uno d e pedir su plato solo. Es más un concepto para hacerle la vida fácil al restaurante. Por otro lado, pésimo sitio para celebrar un cumpleaños. En palabras del jefe de meseros, no hay cortesías de ningún tipo, ninguna atención ya que según ellos "por qué el restaurante debería asumir eso". Creo que como comensales tenemos que empezar a exigir más y castigar los sitios con los que no estemos de acuerdo. Hay mucha oferta hoy en día y hay que darle la oportunidad a aquellos con precios más justos y más dados al cliente.

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