es una desgracia pagar por algo TAN costoso para que lo atiendan a uno como si fuera un peón. la comida es muy buena, tal vez el mejor restaurante de su clase en Bogotá, pero eso no les da derecho a tratarlo a uno como les de la gana. hoy pedí para recoger, una orden de medio millón de pesos, y la mediocre señorita que marcha las órdenes amaneció de malas pulgas y decidió tratarme mal porque “es un pedido muy grande y se le demora más de lo que le dije, demalas” retadora y grosera. creo que lo bueno de la comida no amerita un mal servicio, no vuelvo…