No hay nada como Harry Sasson. La casa es hermosa, el servicio superior y la carta es amplia y suficiente. Es costoso pero cada peso lo vale, las técnicas utilizadas son complejas y bien ejecutadas y se ve desde el sabor del Bloody Mary hasta en los grandes cortes de carne. Uno de los mejores platos es de los más sencillos, la sopa de tomate. Todo tiene la firma de Harry, comida sin pretensiones, lo que es, es.
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