Una muy buena experiencia. Entrada: Ebitem spicy (camarones en tempura con salsa de chile dulce) espectaculares. Platos fuertes: Ojo de bife (extrañamente para un restaurante japonés, muy buena carne, madurada, un poquito pasada de punto pero deliciosa), costillas de cerdo (ricas pero no espectaculares), Yakimeshi con camarones, muy bueno. Compartimos un Dragon Roll, el sushi con ingredientes frescos, delicioso. Única recomendación, las carnes llegaron un poco frías, realmente es mejor ir trayendo los platos a medida q van saliendo. De postre pedimos 2 para compartir: Smoke sei Chokoretto (la verdad el ahumado pone al chocolate al nivel de la carne, no le aporta sabor a la experiencia) y Miran aburi Kurimu (una combinación de sabores realmente increíble, delicioso en verdad). Buen café, buen servicio, la vista de la ciudad le da el mejor toque al ambiente. Buenas medidas de bioseguridad, sin embargo sería ideal un poco más de ventilación. Pero en general un restaurante para volver.