Es un sitio que comenzó con una modesta oferta, hay que se ha ido convirtiendo en uno de los imprescindibles de Cartagena, por su ubicación y la calidad de sus platos. Los precios son un poco exagerados para su servicio, puesto que en su mayoría es un servicio en la vía pública. Un poco demorados y unas porciones reducidas. Vale la pena conocerlo y ensayarlo. Le puede gustar.