Llegamos un domingo a las 12pm sin reserva y tuvimos la suerte de ser sentados se inmediato. El ambiente es bello, es el de una casa campestre con colores neutros y una terraza hermosa y agradable. El servicio fue muy bueno, sobre todo porque le dieron un trato mega especial a mi hijo que quería pintar y luego una pizza sin salsa y solo queso, estuvieron muy pendientes de que el estuviera complacido. La comida deliciosa! Desde el pan de la casa que tenía un sabor peculiar a horno de leña, la entrada de cangrejo, el plato fuerte de los 3 cerditos y el postre de durazno! También pedimos el lomo que está jugoso y en su punto.