Me gustó, pedimos tapas: tortilla (buena, pero podría mejorar), morcilla de burgos (buena, faltó un poco más de tiempo para que quedara más crocante y se sirvió por debajo de la temperatura ideal), Empanadillas gallegas ( Excelentes, son pequeñas pero buenísimas), boquerones del cantábrico ( deliciosos) y pulpo a la gallega ( maravilloso, delicioso, mejor que en Galicia). La calidad del pan no se compadece con la calidad de los platos, es un punto que se debe mejorar. La atención es buena, aunque podría ser más esmerada. El ambiente es un poco frío aunque la decoración es bastante agradable. Juantxu y Martha nos parecieron muy queridos. Volveremos por los platos fuertes