Es una pena que un restaurante con tan linda vista y espacio, no sea bien administrado, duramos casi una hora esperando los platos, cuando llegaron se tuvo que cambiar uno porque estaba completamente quemado, en mi caso pedí mi carne bien asada y cuando fui a comer el segundo medallón estaba apenas sellado, lo que me hizo no comerlo, por tiempo y decepción ni pedí que lo cambiarán, pero es una falta de respeto que se excusen en la cantidad de gente de una mesa para su mal servicio, solo demuestra que no están capacitados para una buena atención y debió ser algo que deberían prevenir antes de aceptar una reserva. Qué pesar, no dan ganas de volver.