El ambiente es lo top del restaurante. Es un lugar para cambiar de ambiente y comer al aire libre. La comida es rica, pero nada del otro mundo (al menos las carnes). La carta no es muy amplia y tienen un plato vegetariano. El servicio es bueno, siempre estuvieron pendientes de todo. Tienen un espacio gigante con un parque al lado de las mesas donde los niños pueden jugar y pasar el rato. Tienen unos cuentos animales.