Es el único restaurante iraní que conozco en Bogotá, el ambiente es lindo pero la comida y el servicio no se corresponde con lo sofisticado que son los persas. Quizá no era el día, pero darle otra oportunidad es un riesgo costoso porque si algo tiene es que es muy caro. Valió la pena el intento para probar. Entonces arriésguese y escribe por acá cómo te fue.