Un restaurante familiar de muy buen gusto, que permite compartir con la familia y amigos. Ofrece 3 ambientes: terraza hacia el parque, salón principal y una terraza frontal hacia otros locales comerciales. La carta es variada, con representación de los principales platos de la cocina italiana. Tienen buena selección de vinos y tragos. Lo único que no me gustó es que no tienen parking para lo cual ofrecen un servicio de valet parking que demora entre 10 y 15 min hasta que traen el vehículos. El Ossobuco con linguini estaba excelente, acompañado de un Merlot Rose.