Esta vez regresé a Mistral poco antes de la hora del almuerzo. Pedimos dos sopas, una de tomate y albahaca, y la otra de zanahoria con jengibre. Nos dejaron encantadas! Naturales, sin harina, y con trocitos de tomate, albahaca, o zanahoria. Ambas venían con rodajas de pan, que también estaba delicioso. El ambiente es especial y acogedor, hace que uno quiera quedarse por un buen rato! Es un lugar al que no quiero dejar de ir.