Es a 7 km hacia la calera, no tiene avisos, así que nos guiamos por waze, pero llegas y te sientes como en la casa de campo de tu abuela, es supremamente acogedor. El dueño, amable y cortes. Cuando te sientas y abres la carta, tienes múltiples opciones para escoger, decidimos como entrada Quibbe crudo (increíble) y de plato la pizza que nos recomendaron. Definitivamente quiero volver y seguir probando lo que tiene para ofrecer la cocina de Thaair