Absolutamente delicioso. El mejor cochinillo que he probado, tierno, jugoso y con la piel crocante. El pulpo maravilloso. Las entradas son de buen tamaño para compartir. El sitio es pequeño pero decorado con mucho encanto. Es quizás el único restaurante realmente español en los alrededores de Bogotá, un pequeño viaje al país ibérico.