Dice que está cerrado los domingos y acá estoy... qué delicia de restaurante, para empezar, de entrada los camarones al ajillo son espectaculares, y de fuerte me incliné por la cazuela de langosta... qué maravilla el chef nos explicó que es completamente natural lo cual la hace fantástica, la atención es inmejorable ya que el chef está pendiente todo el tiempo. Lo único a mejorar es la fachada, se ve un poco vieja y descuidada pero por lo demás increíble.