El ambiente del lugar es sensacional. Las luces bajas acompañan una linda y sencilla decoración. Las entradas son espectaculares resaltando las Conchitas rellenas y gratinadas con queso parmesano. Los platos fuertes son deliciosos aunque algunos muy pequeños y los precios relativamente moderados, sin ser tan escandalosos como los de Astrid y Gastón.