Fui con muchas ganas de volver a uno de los clásicos de mi infancia sólo para decepcionarme... la comida es muy normal, por debajo de la calidad que recordaba. Mención aparte merece la atención demorada, poco amable y fuera de cualquier estándar pedimos una canasta de pan y dos cafés para iniciar y los trajeron con el resto del desayuno, quisimos pedir un café más y fue imposible lograr atención, a pesar que sólo había 3 mesas ocupadas y habia 3 meseras, finalizando cuando indicamos que no incluiríamos el servicio nos hicieron ir a pagar a la caja, a pesar de contar con datafono inalámbrico... En resumen Pésimo! Hay otras opciones mucho mejores en la zona.