Honestamente fui con alta expectativa y al encontrar una fila de alrededor de 30 minutos pensé que comería muy bien. El cebiche a lo macho bueno, los mejillones muy regulares sin ningún sabor especial pero la Paella Valenciana Gourmet (con media langosta) fue una decepción absoluta. El cerdo de la paella sabia a aceita rancio quemado y el arroz a su alrededor igual, los pocos mariscos se notaba habían sido incorporados al arroz al servir y la langosta... El único sabor que tenia era a congelado y estaba tan dura que fue incomible. La atención también fue otro punto muy negativo