Da una falsa ilusión de ser un restaurante argentino por llamarse El Monumental y toda la decoración alusivas al fútbol. Pero hasta ahí llega. En vez de asado de tira, vacío o entraña; se consiguen los sospechosos de siempre en un restaurante COLOMBIANO de carnes: churrasco, punta de anca y lomo. Lo peor: las empanadas. De maíz, fritas y rellenas de pollo. Además estaban entrapadas en aceite. Horribles. Aunque la carne no estaba mal, fue una mala experiencia porque me sentí tumbado. Ah, y la mesera no tenía ni idea de dónde estaba parada. Para no volver.