El balance justo para un almuerzo ejecutivo: crema de tomate, lomo al vino, puré y ensalada. De postre, un bocado que hace agua la boca: un petit four... Cualquiera, todos como para cerrar con broche de oro.
El balance justo para un almuerzo ejecutivo: crema de tomate, lomo al vino, puré y ensalada. De postre, un bocado que hace agua la boca: un petit four... Cualquiera, todos como para cerrar con broche de oro.
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