Voy desde que estaba en el colegio. Es un sitio muy rico para comer y tomar algo. Hay cocteles para tumbar elefantes, pero el que me gusta es el margarita (lo hacen muy bien). El único problema es que los viernes es muy lleno y no hacen reserva. Las últimas veces que he ido no hay espacio ni en la barra como para espera una mesa y comer. En general lo recomiendo.