Es muy extraño ver a un Japones en Colombia, pero más extraño es ver a un Japones vendiendo café, hablando de café y enseñando sobre café en Bogotá; con esto ya te das cuenta que llegaste a un muy pero muy buen sitio para tomar café, sin ir más lejos el mejor de toda la zona. El sitio es muy acogedor, el servicio es muy decente y limpio, los baristas son jovenes muy bien entrenados y eso se refleja en la impecable presentación de los cafés sumado a la excelente selección de granos en cabeza del señor Kiri. Esto si es café de verdad! su presentaciòn, olor, sabor y hasta precio dejan muy por debajo a cualquier Valdés , Starbucks o Oma , nada que hacer, el autentico arte de hacer buen cafè solo se encuentra en lugares como este donde está primero la pasiòn y el amor por el café antes que el negocio. Recomendado, ojalá se extiendan pronto.