Es un lugar fuera para comerse un rico postre en las afueras de la ciudad, tiene unas instalaciones agradables y unos jardines bastante grandes. Hay que armarse de paciencia pues siempre esta muy lleno y el servicio no es el mas ágil. Ademas si se van a comprar productos de la empresa en el supermercadito, hay que saber que el precio de estos en la cabaña no tienen un descuento importante comparados con las grandes superficies y el surtido tampoco es cosa de locos.